sábado, 2 de abril de 2016

13 de noviembre

Salimos como hojas de otoño que la brisa eleva por el cielo e incluso parecía que teníamos una banda sonora para nosotros. Pese a todo, nunca olvidaré el valor de ese viaje.


El 13 de noviembre las luces se fundieron, la muerte sustituyó al amor y el miedo asesinó a la vida. El enigma de la sonrisa de la Gioconda pasó a ser llanto descontrolado de Nôtre Dame. La libertad eran cenizas, la igualdad escombros que aún no han logrado limpiar y la fraternidad cada madrugada muere en el mar. Nunca he abierto los ojos tanto pese a no ver nada. El silencio lo rompía el vuelo de las palomas que ironizaban como símbolo de paz. Lejos e impotentes quedaban los brazos en los que siempre nos acurrucábamos después de una pesadilla. El amor se redujo a aquellas cuatro paredes, a aquella silla en la puerta, al contraste del más amargo café con el dulzor del desayuno de tus labios.

Abril ha llegado, aquellas hojas de otoño hoy se aferran a la vida por las ramas exhibiendo sus pétalos; pero las raíces quedan rotas. Allá donde la civilización surgió, en el origen de la cultura y de la fe, la tala no cesa. Las raíces son arrancadas o, con suerte, mueren de sed. No puedo ocultar mi dolor, pues aquel noviembre se apagó todo, pero en mi pecho una llama de cariño y de amor por aquellos inocentes que en cada árbol día a día son deshojados en el mundo se encendió y hace que arda para dar calor a sus pequeñas flores que nadan por salados senderos de lágrimas.

1 comentario:

  1. Eres aluciflipante, mi amor. Consigues emocionarme cada vez que leo cualquier cosa escrita por ti <3

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