jueves, 11 de septiembre de 2014

El mundo de las mariposas y los murciélagos

El esquema de la sociedad actual queda dividido en la clase alta o aristócrata, que forman el grupo de los murciélagos, y la clase media u obrera, las mariposas. Murciélagos y mariposas se diferencian a simple vista, aunque más de una vez se aprecian más actitudes de insecto en  los ya mencionados murciélagos que en las tiernas y coloridas mariposas.
Los murciélagos visten de un negro elegante y sus colmillos brillan de un blanco pulcro. Actúan en la sombra en contraposición a las mariposas, quienes trabajan desde que sale hasta que se pone el Sol. Estos mamíferos de colmillos prominentes esperan a que las exhaustas mariposas caigan en los brazos de Morfeo y entonces atacan a su presa, justo en el cuello. Cabe destacar su especial don a la hora de actuar, pues han ideado un idioma de ultrasonidos incapaz de percibir por nadie que no pertenezca a su estatus social o en este caso más bien animal.
Las mariposas sin embargo visten de colores variopintos, cada una con su personalidad. Pero no reluce tanto el colorido de sus alas al conocer la realidad, pues su corta vida queda exclusivamente dedicada al trabajo. Este trabajo consiste en el transporte del polen por las empresas florales de los parques y jardines. Sus empresas se diferencian en amapolas, margaritas y crisantemos, entre otras muchas. Al volver del trabajo apenas les queda tiempo para cuidar de sus adorables y diminutos gusanos. Incluso las crías trabajan forjando uno de los más valorados tejidos en todo lugar, la seda. Todo esto queda vigilado desde las oscuras cuevas por la visión radar de los temidos murciélagos. En las altas esferas se comenta que los murciélagos han podido contratar vigilantes diurnos. Van uniformados con un traje a rayas negras y amarillas y portan un aguijón venenoso como arma de defensa. Se hacen llamar abejas y su misión consiste especialmente en supervisar el trabajo de las mariposas en las flores de un modo exhaustivo y severo.
Mientras tanto, cuando cae la noche la Luna  deja ver a los alados mamíferos. Juntos se reúnen en bandadas para comentar lo ocurrido mientras ellos dormían. De vez en cuando no se sienten conformes con el trabajo de las mariposas e intentan ajustar nuevas medidas para poder sacar más beneficio de ellas. Entre estas “medidas” se encuentra el cambio de horario en invierno, que sirve para alargar sus propias horas de sueño mientras las esclavizadas mariposas mueren a causa del frío, quedando sus gusanos indefensos ante depredadores tan feroces como el gorrión.
En su breve adolescencia, los jóvenes gusanos forman una cubierta de seda en la cual se encierran y protegen para pasar a formar parte del mercado laboral, pues cuando salen de su encierro lo hacen convertidos en coloridas y aladas mariposas. Y entonces vuelta a empezar, a trabajar en los jardines, a desovar los futuros gusanos, a la vigilancia de las abejas, en resumen, a la servidumbre de los murciélagos.
En conclusión, el mundo queda formado para el disfrute de la nobleza crepuscular de los murciélagos mientras lo explotan y trabajan millones de pequeñas mariposas. Pertenecen a especies distintas, con idiomas distintos y leyes distintas, quedando como única semejanza la capacidad de alzar las alas aunque unos para trabajar y otros para abanicar.



Quiero aclarar que este texto fue un trabajo de primero de carrera en el cual no podían aparecer los verbos ser, estar y parecer. Espero que os haya gustado y, como siempre, gracias.

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